viernes, 30 de marzo de 2012

El Tribunal Oral Federal dirá hoy si juzga a Díaz Bessone

Foto: UNO/Juan Ignacio Pereira

El juicio por la causa Harguindeguy no avanza porque resta definir la situación de uno de los nueve imputados. Se proyectó el video de la pericia donde el represor se niega a hablar

Alfredo Hoffman / De la redacción de UNO


Ramón Genaro Díaz Bessone, hasta hace pocos meses uno de los más fervientes defensores de la última dictadura cívico militar y otrora ideólogo del terrorismo de Estado, ha decidido ahora mantenerse mudo. Así se lo vio en el video de la pericia médica realizada el miércoles en su domicilio de Rosario, que se exhibió ayer en Paraná en el marco del juicio por la causa Harguindeguy. Este imputado de 86 años aparece en las imágenes sentado en el living de un pequeño departamento, todo el tiempo con el ceño arrugado e inmerso en un profundo silencio, que para la querella no es más que una estrategia de defensa.

A pesar de que los peritos de parte Oscar Pellegrini y Adriana Beades, el médico de la Cámara Federal de Rosario, José Roberto Settecasi, y hasta el psiquiatra personal del imputado, Héctor Panicali, coincidieron en que su estado físico está deteriorado pero no perdió la facultad de comprensión, el defensor oficial Mario Franchi pidió ayer nuevamente la suspensión del proceso penal. El mismo pedido le fue rechazado hace sólo una semana al anterior defensor, Eligio González. El beneficio reclamado está contemplado en el artículo 77 del Código Penal, que habla de la incapacidad mental sobreviniente, algo que para los profesionales no está acreditado. El tribunal dará a conocer su veredicto hoy a las 11.

Así las cosas, el juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la costa del Uruguay no termina de iniciarse. Se cumplieron todos los pasos formales introductorios, pero no puede avanzarse en las cuestiones preliminares hasta que no se resuelva la situación procesal de Díaz Bessone.

El video 


Ayer, al inicio de la audiencia, se dio lectura al acta del examen realizado el día anterior. Luego se abrió un cuarto intermedio de dos horas, porque el video que debía exhibirse no estaba registrado en un soporte apto. Solucionado el problema técnico, se pudo observar a Díaz Bessone vestido de camisa clara y pulóver bordó y con un audífono en la oreja izquierda. Su médico personal le hablaba de frente y él lo miraba a los ojos, pero no respondía.

La presidenta del tribunal, Lilia Carnero, dijo durante el video que el examen “de visu” era para determinar si el procesado puede ser trasladado para participar de las audiencias por videconferencia desde su domicilio de Buenos Aires hacia la sede del Consejo de la Magistratura. La cuestión del artículo 77, planteada por el anterior defensor, ya había sido resuelta horas antes del inicio del juicio.

El perito Pellegrini consideró que no tenía “interés en colaborar” y precisó que el accidente cerebrovascular que sufrió en octubre “no le afectó la comprensión”. Calificó a su estado como de “hipobulia”, algo que explicó como “no tener ganas” de colaborar y de estar en el juicio.

Leticia de Díaz Bessone, esposa del exmilitar recientemente condenado a cadena perpetua, intervino en varias oportunidades para decir: “Espiritualmente él ya no está en este mundo, ya no quiere vivir”, y pidió a los jueces “que hagan lo que quieran” con su marido. También dijo que “ya no le interesa escribir, leer y ni siquiera escuchar música, que era su vida”.

La grabación finaliza con la jueza Carnero despidiéndose de un siempre mudo Díaz Bessone, a quien le estrechó la mano.

Luego de la proyección del video, se dio la oportunidad a las partes acusadoras de contestar el planteo de suspensión realizado por la defensa. El fiscal José Ignacio Candioti y los abogados querellantes pidieron que se lo rechace y que, de ser necesario, se realice una nueva pericia.

El pedido de Franchi había estado fundado en un supuesto “estado de vulnerabilidad física”, en que es una persona “abstraída de la realidad” y en el “deterioro de sus facultades cognitivas”, que se acentuó en los últimos meses y “se seguirá acentuando”. Esto, para el defensor, le impediría presenciar un juicio tan largo como este.

Para el fiscal, en cambio, no surgen elementos para sostener la incapacidad mental. Candioti recordó que durante el examen “nadie dijo que no tenía capacidad de comprensión”, y citó el antecedente del médico Juan Antonio Zaccaría, a quien este tribunal rechazó el mismo planteo con antecedentes similares, y luego asistió a todas las audiencias de la causa Hospital Militar. Además recordó que en esa oportunidad hubo divergencia entre los peritos, lo que no ocurre en este caso.

La estrategia del silencio como defensa 


Foto: Gentileza Silvina Ríos
La abogada Cacciopoli, representante de la mayoría de las víctimas, pidió que Díaz Bessone sea juzgado y consideró que su silencio es, en realidad, una estrategia de defensa. Comparó esta actitud del represor con la que adoptó durante toda la instrucción, cuando hizo uso de todos los recursos disponibles para intentar impedir el avance de la Justicia e incluso lo hizo presentando sus argumentos en su declaración indagatoria.

“Todos los peritos determinaron que tiene capacidad de comprender. La decisión de Díaz Bessone de no querer hablar es un nuevo acto de defensa”, indicó.

Los abogados Guillermo Mulet y Rubén Pagliotto advirtieron que si se lo excluye del juicio solo por mantenerse mudo, se estará habilitando que en adelante “bastará callarse para consagrar la impunidad”.

Álvaro Piérola, además de pedir el rechazo del planteo, expresó que el represor Díaz Bessone “debió haber sido juzgado hace 25 años”, pero no fue así porque lo benefició la vigencia de las leyes de impunidad. Pidió también que, si no puede trasladarse, se arbitren los medios tecnológicos para seguir el debate desde su casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario